Editoriales

Vivir para contarlas / Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes

El autor es licenciado en Derecho, especialista en Derecho Agrario; Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regional; Maestro en Derecho Ambiental y de la Sostenibilidad; Diplomado en la Unión Europea
El autor es licenciado en Derecho, especialista en Derecho Agrario; Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regional; Maestro en Derecho Ambiental y de la Sostenibilidad; Diplomado en la Unión Europea

Antes de que Fausto Vallejo tomara posesión como gobernador referí que el de él podría ser un gobierno corto; ahora vemos que inmersos en una crisis política, de inseguridad y de desastres naturales los planes y programas de gobierno se han achicado aún más, con Acuerdo por Michoacán o sin él.

A Don Fausto Vallejo, por su regreso al ruedo…

México, D.F. 03 de octubre de 2013. Antes de que Fausto Vallejo tomara posesión como gobernador del Estado de Michoacán referí que el de él podría ser un gobierno corto, de suyo por la temporalidad, pero también sino se imprimía un profundo ejercicio de “geometría variable” para al atención integral del Estado. Hoy vemos que ese periodo de ejercicio gubernamental ha sido corto no sólo para él sino para el propio gobernador interino Jesús Reyna, a quién quizás le faltará tiempo “para calmar sus ansias de novillero”, la canción de Silverio Pérez dixit. Ahora vemos que inmersos en una crisis política, de inseguridad y de desastres naturales los planes y programas de gobierno se han achicado aún más, con Acuerdo por Michoacán o sin él.

Un gobernador constitucional, un interino, dos o tres gabinetes estatales marchando en distintas direcciones y confrontados; un poder legislativo estatal paralizado, diputados convertidos en gestores; y los embates de Ingrid y Manuel, no queda más que aplicar el plan DNIII para casos de desastre natural y político.

Por su parte la ciudadanía desencantada de sus “políticos” de siempre. Que sólo buscan su lucimiento personal en infinidad de actos protocolarios que cuestan un dineral y que a nadie entusiasman ya. Deberían de estar ya prohibidos. El acto y ejercicio de Gobierno debe ser discreto, contundente y sin parafernalia; en otros países, lo he visto personalmente, los actos son austeros y solo se conmemoran fechas sumamente trascendentes. Esto debemos legislarlo para que se acabe, se derrocha mucho dinero en el culto a sí mismos.

Pero vuelvo al tema del regreso de Fausto Vallejo a la gubernatura pues trae varias aristas que descubren lo más ruin de la naturaleza humana; traiciones, deslealtades, infundios, por decir los menos. Muchos le deseaban salud esperando que no regresase; otros le diagnosticaban de todo sin tener elementos para ello. Sin embargo, valga la expresión Galileana, “E pur si muove”, y está aquí y ahora contra todos los pronósticos de sus adversarios políticos.

Más allá del tiempo que resta del gobierno michoacano que le he tocado encabezar a Don Fausto Vallejo, hay que recordar que ha sido cuatro veces alcalde de Morelia, una de las cuarenta ciudades más bellas del mundo; y tres veces licenciado, su licenciatura en derecho y dos licencias al Solio de Ocampo para atender su salud y está de vuelta en el ruedo político de Michoacán.

Y como es un político de peso completo pesan tanto sus ausencias como sus presencias.

Y vive para contarlas.

*El autor es licenciado en Derecho, especialista en Derecho Agrario; Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regional; Maestro en Derecho Ambiental y de la Sostenibilidad; Diplomado en la Unión Europea.

Comentarios y sugerencias: chaloes@hotmail.com

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