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La pintoresca y sublime vida del Dr. Atl

El tres de octubre de 1875 nació en Guadalajara, Jalisco, Gerardo Murillo Coronado, reconocido pintor, escritor, y vulcanólogo mexicano, que incursionó en la política, geología, historia, docencia y otras disciplinas

Ciudad de México, 29 de septiembre de 2021.- El tres de octubre de 1875 nació en Guadalajara, Jalisco, Gerardo Murillo Coronado, reconocido pintor, escritor, y vulcanólogo mexicano. Incursionó en la política, geología, historia, la docencia y otras disciplinas, lo que le permitió extender su campo de acción e influencia en otros pensadores mexicanos.

Murió a los 88 años de edad el 15 de agosto de 1964, en la Ciudad de México. Fue enterrado en el panteón de los hombres ilustres. Sus obras persisten el paso del tiempo aún hasta nuestros días. 

Inicios

Hijo de Eutiquio Murillo y Rosa Cornado, Gerardo Murillo tuvo su primer acercamiento con la pintura a los 19 años de edad, en el taller de Felipe Castro, en Guadalajara. Vivió un tiempo en Aguascalientes donde estudió la preparatoria dentro del Instituto Científico y Literario del Estado.

Poco tiempo después, regresó a su ciudad natal y de ahí partió a la capital del país donde  se integró a las filas de la Academia de San Carlos. Con tan solo 22 años de edad, obtuvo una beca otorgada por el gobierno de Porfirio Díaz para estudiar en Europa; ese mismo gobierno que años más tarde él mismo rechazaría -junto con otros artistas más- condenando el régimen porfirista.

Gerardo llegó a Europa en 1887. Estudió Filosofía en la Universidad de Roma, y Derecho en la Sorbona, en París. Fue allá, en el Viejo Continente, donde tuvo un acercamiento más íntimo con el arte al viajar por España, Alemania, Inglaterra, y Francia, pues se vio influenciado por el impresionismo, corriente que desplazaba al realismo y que, como Gerardo, irrumpió la escena artística. Cabe destacar que en Italia formó parte del Partido Socialista Italiano y  del periódico Avanti.

Maestro de Maestros

Con una sólida base de conocimientos en materia artística, en 1903 regresó a la Academia de San Carlos en México, instituto que lo vio nacer, y donde impartió clases a alumnos como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.

Formó parte del movimiento constitucionalista, rechazando las ideas del régimen porfirista. Bajo sus ideales mostró una fuerte inclinación hacia la política de Venustiano Carranza; fundó el periódico La vanguardia.

En 1911, realizó su segundo viaje a Europa donde fundó el periódico Action d´ Art y La Liga Internacional de Escritores y Artistas; pero al ver la situación que vivía México, y tras el golpe de estado de Victoriano Huerta en 1913, decide volver a su país.

Su postura en contra de Porfirio Díaz lo llevaría a replegarse en la ciudad de los Ángeles, en Estados Unidos

Agua de Maravillas

No se tiene certeza de dónde proviene el sobrenombre “Atl”, que significa agua. Algunos aseguran que fue el propio Gerardo quién lo adoptó para referirse a su personalidad independiente; otros mencionan que fue el escritor argentino Leopoldo Lugones quien se lo puso. Lo que sí es seguro es que como el agua, Gerardo Murillo, el Dr. se abría paso por donde quiera que iba.

En 1921 publicó la revista Las artes populares en México y tres años más tarde Iglesias de México. Para 1926 publica la Liga de Escritores de América, de la cual fue presidente.

Gerardo Murillo representó para el arte mexicano un gran impulso. Él forjó la idea de realizar murales en edificios públicos. Bajo este interés creo técnicas originales, como la de Atl Colors con colorantes inéditos extraídos de su propia imaginación lo que le permitía pintar en papel, tela o roca. Era un innovador.

A partir de la década de 1920, empieza a interesarse por la vulcanología. Atraído por los volcanes, se vio inmerso en este tipo de estructuras geológicas y registró el desarrollo del Paricutín en 1943.

La amputación de su pierna derecha le impidió seguir recorriendo paisajes y volcanes; sin embargo, esto no le impidió seguir desarrollando su oficio y crear la técnica de “aeropaisaje”: ahora sus obras reflejaban una vista desde el aire; los árboles, las montañas y los volcanes caracterizaron sus lienzos.

Por complicaciones respiratorias, Gerardo tuvo que irse despidiendo poco a poco de sus pinceles. Murió hace cincuenta y cinco años, pero su obra aún nos recuerda la línea impresionista e impresionante que siguió en su vida. (CON INFORMACIÓN DE LÍDER)

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