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Cartelera Retrospectiva / Aires de esperanza

Pese a la nominación a los Globos de Oro, ni ese imán de taquilla que es la neozelandesa Kate Winslet, fueron capaces de levantar la taquilla de este elegante y sensible melodrama de tintes criminales
Pese a la nominación a los Globos de Oro, ni ese imán de taquilla que es la neozelandesa Kate Winslet, fueron capaces de levantar la taquilla de este elegante y sensible melodrama de tintes criminales

Entre las virtudes del filme se encuentran una notable ambientación y la minuciosidad de la producción que logra sacar el máximo provecho de cada escena; a esto hay que sumarle el buen desempeño de los actores, Kate Winslet y Josh Brolin, que además deben lidiar con una trama inverosímil

Morelia, Michoacán, 18 de marzo de 2014.- Fuertes críticas ha recibido el quinto largometraje del canadiense Jason Reitman, que ha sido extrañamente titulado en nuestro país como Aires de esperanza (Labor day, 2013), tras su estreno comercial en las salas norteamericanas en la última semana de enero. Ni la nominación a los Globos de Oro, ni ese imán de taquilla que es la neozelandesa Kate Winslet, fueron capaces de levantar la taquilla de este elegante y sensible melodrama de tintes criminales.

Con guión del propio Reitman, basado en una novela de Joyce Maynard, escritora norteamericana especializada en temas lacrimógenos (el libro se consigue en español con el título Como caído del cielo y es distribuido por Océano), Aires de esperanza nos ubica en el año de 1987, el fin de semana que corresponde al feriado Día del trabajo (que en Estados Unidos se celebra el primer lunes de septiembre), cuando la familia conformada por un adolescente avispado y un ama de casa deprimida, son prácticamente raptados por un extraño que aparece sangrando en un supermercado local. Pero el secuestrador no es un delincuente común, es todo un estuche de monerías: repara los desperfectos de la casa, prepara excelentes tartas de durazno, enseña beisbol al chico y hasta se da tiempo para eludir a la policía que lo busca incesantemente tras un osado escape de la prisión. El resultado, como se verá más adelante, es una extraña mezcla entre Un mundo perfecto (A perfect world, 1993) y Como agua para chocolate (1992).

Reitman explica su interés en la novela en los siguientes términos: “es un drama muy complejo, la leí y vi la película en mi cabeza. Me cambió en una manera que me encantó, era algo totalmente diferente a lo que había leído”. De hecho el director planeaba filmarla desde el 2009 pero debido a la apretada agenda de Kate Winslet (a quien consideró desde un inicio para el papel principal), decidió rodar primero la comedia dramática Adultos jóvenes (Young adult, 2011).

Entre las virtudes (que las hay), de Aires de esperanza se encuentran una notable ambientación y la minuciosidad de la producción que logra sacar el máximo provecho de cada escena. A esto hay que sumarle el buen desempeño de los actores, que además deben lidiar con una trama inverosímil, Kate Winslet, quien lleva buena parte del peso del filme y Josh Brolin, que vive sus mejores momentos antes de rasurarse la barba.

Después de acostumbrarnos a trabajos como Juno (2007) y Amor sin escalas (Up in the air, 2009), donde encontramos personajes bien delineados, con tintes tragicómicos, Reitman sorprende con un drama que gana en solemnidad pero pierde en ironía. El director nos arrastra, si lo permitimos, a las profundidades de un romance improbable que enmarca una historia de maduración emocional. No es una gran película pero funciona mejor si uno la ve en pareja, en una sala casi vacía y se dispone de un ánimo hipersensible.

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