Cartelera Retrospectiva / Las brujas de Zugarramurdi


Un grupo de desempleados deciden asaltar una joyería en pleno centro de Madrid para intentar un complicado escape a Francia; pero su huida se verá obstaculizada por un grupo de brujas que buscan cumplir una vieja profecía, lo que desatará toda clase de situaciones delirantes
Morelia, Michoacán, 23 de marzo de 2014.- Después de una larga espera llegó por fin la anunciadísima Las brujas de Zugarramurdi (2013), largometraje número once del cineasta bilbaíno Álex de la Iglesia. A pesar de haberse llevado nueve premios en la más reciente edición de los Goya (sobre todo en las categorías técnicas), la película recibió críticas encontradas entre quienes detestan la imaginación desenfrenada de su director y quienes son seguidores declarados de su trabajo.
En 1610, en Logroño fueron procesadas cuarenta mujeres acusadas de ser brujas en Zugarramurdi, un pequeño caserío ubicado en la provincia de Navarra al norte de España. Como suele suceder en estos casos, las denuncias estuvieron motivadas por chismes, envidias o simple maldad, aunque eso era suficiente para que la Inquisición tomara cartas en el asunto. Al final doce mujeres fueron enviadas a la hoguera (cinco de ellas en efigie por haber muerto con anterioridad), pero el episodio marcó para siempre al pequeño pueblo navarro.
Este fue el punto de partida para Álex de la Iglesia y su escritor de cabecera Jorge Guerricaechevarría, escribieran esta peculiar historia, donde un grupo de desempleados, desencantados de sus respectivas mujeres, deciden asaltar una joyería en pleno centro de Madrid para intentar un complicado escape a Francia. Pero su huida se verá obstaculizada por un grupo de brujas que buscan cumplir una vieja profecía, lo que desatará toda clase de situaciones delirantes al más puro estilo de su director.
Las brujas de Zugarramurdi, marca el regreso de Álex de la Iglesia al terreno de las comedias disparatadas, de la cual su referente inmediato en temática y tono es la estupenda El día de la bestia (1995). El inicio es trepidante con una lograda secuencia de atraco y fuga (en donde hasta Bob Esponja sale perjudicado), una primera parte que nos muestra la España actual, marcada por el mal desempeño de la economía, pero cuando el peculiar grupo de improvisados delincuentes se internan en la campiña encontramos otra versión del mismo país, tradicionalista y supersticioso. Paralelamente la película sirve de campo de batalla para una peculiar versión de la guerra de los sexos, se convierte en un alocado recopilatorio de las obligaciones familiares y los divorcios complicados.
De la Iglesia, recurre a algunos de sus colaboradores habituales como Carmen Maura, como la bruja principal, así como Enrique Villén y Santiago Segura en papeles menores. Esta vez, los protagónicos son para Hugo Silva (últimamente de moda en el cine español), quien hace mancuerna con el juvenil Mario Casas. Completa el reparto principal la rubia Carolina Bang, como una de las brujas más espectaculares que haya dado el cine reciente.
No es una gran película, de hecho en conjunto resulta irregular, un clímax excesivamente largo y un epílogo más que flojo, casi arruinan el conjunto. Las brujas de Zugarramurdi es una vuelta a los terrenos que conoce muy bien el cineasta bilbaíno, donde el entretenimiento y el humor se funden en una anécdota disparatada no apta para todos los gustos. Pero es mucho mejor que El crimen del cácaro Gumaro, así que, ¿por qué no darle una oportunidad?