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Cartelera Retrospectiva / Noé

No todo está mal, en sus más de dos horas de duración, la cinta alcanza algunos momentos importantes, que demuestran la indudable pericia narrativa y visual del director
No todo está mal, en sus más de dos horas de duración, la cinta alcanza algunos momentos importantes, que demuestran la indudable pericia narrativa y visual del director

La película ha sido en general bien recibida por la prensa y los números le resultaron favorables después del primer fin de semana de exhibición en nuestro país (ligeramente menores al de: La pasión de Cristo), aunque en los próximos días se espera una abrupta caída

Morelia, Michoacán, 27 de marzo de 2014.- Una semana antes que en Estados Unidos, aprovechando la cercanía de las celebraciones de Semana Santa y con la enorme cantidad de mil doscientas copias, se estrenó Noé (Noah, 2014), sexto largometraje del cineasta neoyorquino Darren Aronofsky. La película ha sido en general bien recibida por la prensa y los números le resultaron favorables después del primer fin de semana de exhibición en nuestro país (ligeramente menores al del más exitoso blockbuster religioso de los últimos años: La pasión de Cristo (The passion of the Christ, 2004), aunque para los próximos días se espera una abrupta caída debido a los estrenos preveraniegos y a que no ha resultado del agrado de una buena parte del público que esperaba un tratamiento más convencional de la figura bíblica.

Inspirado en el conocido mito de Noé, quien junto a su familia y con un poco de ayuda de los cielos, pudo sortear el diluvio universal a bordo de un arca a la que llenó con una pareja de cada una de las especies animales existentes en la Tierra, Aronofsky (con ayuda Ari Handel, uno de sus colaboradores habituales), escribió el guión y se dio a la tarea de recaudar los ciento treinta millones de dólares que costó la producción (buena parte de ese dinero fue para realizar las imágenes digitales).

Aronofsky, quien es de origen judío, cuenta que siempre se sintió inspirado por el relato, en donde ve a su protagonista como un personaje oscuro y complicado, asimismo el cineasta lo considera como el primer ecologista y vegetariano, alguien que siente un fuerte complejo de culpabilidad por haber sobrevivido al diluvio. Aronofsky inició con el guión desde que estaba en el rodaje de La fuente de la vida (The fountain, 2006), pero una serie de retrasos lo obligaron a dedicarse de lleno al proyecto hasta que terminó con la filmación de Cisne negro (Black swan, 2010).

No fue nada fácil configurar el elenco del filme, entre quienes rechazaron el proyecto estuvieron Christian Bale, Michael Fassbender, Dakota Fanning y Julianne Moore. Al final Russell Crowe y Jennifer Connelly tomaron los papeles principales, junto a Anthony Hopkins y Emma Watson. La producción de la película estuvo marcada por la desconfianza de los ejecutivos, quienes veían en el tratamiento poco convencional de un tema religioso un posible problema a la hora de comercializarla, al grado de que ofrecieron versiones modificadas de la película en test screenings para grupos cristianos, cuyos resultados no fueron para nada favorables.

Al margen de los resultados en taquilla, que siempre pesan en una producción de esta magnitud, Noé podría significar el primer gran tropiezo en la carrera del cineasta neoyorquino. Aronofsky logró imponer su visión a pesar de la presión de los inversionistas pero nos entrega un filme irregular, donde el drama interno de un hombre convive forzadamente con una serie de peleas, escenas de acción y hasta con Tubalcaín, el mítico padre de la metalurgia, como un villano muy difícil de aniquilar. No todo está mal, en sus más de dos horas de duración, la cinta alcanza algunos momentos importantes, que demuestran la indudable pericia narrativa y visual del director. Sí, es una película épica y atrevida pero en conjunto es claramente insuficiente.

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