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Cartelera Retrospectiva / Odio el amor

Puede resultar demasiado ligera, incluso cursi, pero bien vale la pena para una salida en pareja con la intención de olvidarse momentáneamente de las perennes desilusiones futboleras.
Puede resultar demasiado ligera, incluso cursi, pero bien vale la pena para una salida en pareja con la intención de olvidarse momentáneamente de las perennes desilusiones futboleras

El filme cuenta un relato de amor adolescente, que gira en torno a Robo, un chico que perdió la audición después de un desafortunado accidente y Eve, una huraña joven estadounidense que llega a vivir a México, tras acumular un largo historial de problemas derivados de la depresión

Morelia, Michoacán, 12 de junio de 2014.- Una fecha complicada, justo en la semana de inicio del mundial de fútbol, fue la que se designó para el estreno de Odio el amor (I hate love, 2012), segundo largometraje del mexicano Humberto Hinojosa, quien se diera a conocer con el melodrama campirano Oveja negra (2009), un trabajo que fue bien recibido hace algunos años cuando se presentó en el festival de cine de Guadalajara. Su más reciente filme pudo verse ya hace un par de años durante el Festival de Cine de Morelia, donde se topó con reacciones encontradas tras su presentación ante la prensa y el público michoacanos.

Humberto Hinojosa no solo dirigió, sino que también escribió el guión para Odio el amor, un relato de amor adolescente, que gira en torno a Robo, un chico que perdió la audición después de un desafortunado accidente y Eve, una huraña joven estadounidense que llega a vivir a México, tras acumular un largo historial de problemas derivados de la depresión. La relación entre ambos personajes se intensifica cuando Robo descubre que escucha sonidos cada vez que se encuentra cerca de la mujer que ama. Para poner un poco de sabor a la cuestión, Cobra, el engreído mejor amigo de Robo, está dispuesto a enamorar a la gringuita, poniendo a prueba aquello de que nunca debes meterte con los ligues de tus amistades.

Desde un principio Hinojosa tenía muy claro que lo que quería contar: “tenía ganas de hablar del primer amor adolescente, porque ese siempre tiene algo especial”, dijo el director durante la rueda de prensa posterior a su exhibición durante el festival de cine de Morelia. Pero los principales obstáculos de la joven pareja no son las diferencias sociales ni algún ex novio celoso, sino que la sordera y las barreras del idioma son las que verdaderamente dificultan la sanación personal de los protagonistas.

Filmada casi en todo momento con cámara en mano, con poca luz y atardeceres espectaculares, la película encuentra sus mejores momentos cuando se despliega el abanico de la trivialidad adolescente, en la orilla del mar, en la intimidad de una habitación o cuando ingresan clandestinamente a un parque de diversiones abandonado. Tanto la estadounidense Diane Rosser, como un muy juvenil Christian Vázquez, cuentan con los elementos suficientes para complementar el notable trabajo de cámara, que solamente se ve ensombrecido por algunas interacciones un tanto forzadas con el resto del elenco.

Buena parte de Odio el amor está hablada en inglés, algo que puede ser un arma de dos filos al momento de presentarla al público nacional, pero que, al menos en teoría, aumenta sus posibilidades de exportación. Ya veremos que sucede, por lo pronto en México se presenta en la nada despreciable cantidad de 200 salas, con el atenuante de que deberá enfrentar la feroz competencia mundialista. Puede resultar demasiado ligera, incluso cursi, pero bien vale la pena para una salida en pareja con la intención de olvidarse momentáneamente de las perennes desilusiones futboleras.

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