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Cartelera Retrospectiva: Yo, Daniel Blake

La cinta plantea un cuestionamiento al deber del Estado cuando vemos a un hombre enfermo dar vueltas por horas buscando un empleo que sabe que no podrá tomar, cuando una madre se ve obligada a cambiar su lugar de residencia para tener acceso a un departamento
La cinta plantea un cuestionamiento al deber del Estado cuando vemos a un hombre enfermo dar vueltas por horas buscando un empleo que sabe que no podrá tomar, cuando una madre se ve obligada a cambiar su lugar de residencia para tener acceso a un departamento

La historia involucra a un hombre de mediana edad que busca mantener una pensión gubernamental debido a una delicada enfermedad del corazón. En su periplo se cruza con Katie, una joven madre de dos pequeños que lucha para recibir el apoyo de desempleo mientras sufre por encontrar un trabajo. Blake le ofrece ayuda a Katie al tiempo que busca recuperar los beneficios que le corresponden.

Morelia, Michoacán, 21 de mayo de 2017.- La película ganadora de la Palma de Oro en la 69 edición del Festival de Cannes fue la producción británica Yo, Daniel Blake (I, Daniel Blake, 2016), largometraje número veinticuatro en la cuenta del prolífico Ken Loach, un habitual del certamen francés en donde ha sido nominado trece veces al premio más importante y ha resultado ganador en dos ocasiones, la última de ellas fue en la década pasada con del drama sobre la independencia irlandesa El viento que agita la cebada (The wind that shakes the barley, 2006). De hecho se cuenta que tras su exhibición en Cannes, el director inglés y su equipo recibieron una ovación de más de quince minutos por parte de la audiencia.

Como es habitual en la filmografía del realizador, el guión fue escrito por su amigo Paul Laverty. Involucra a un hombre de mediana edad que busca mantener una pensión gubernamental debido a una delicada enfermedad del corazón. En su periplo se cruza con Katie, una joven madre de dos pequeños que lucha para recibir el apoyo de desempleo mientras sufre por encontrar un trabajo. Blake le ofrece ayuda a Katie al tiempo que busca recuperar los beneficios que le corresponden.

La increíble cantidad de trámites que deben realizarse para acceder a  los servicios sociales termina por desanimar a quienes los requieren, es tan largo y lento el proceso que muchos terminan tirando la toalla. Daniel Blake, el protagonista, decide pelear, pero en el camino deberá pasar hambre y sufrir las consecuencias de su enfermedad. Katie con dos hijos a cuestas debe recurrir a los bancos de alimentos primero, a robar después y por último tomar una salida desesperada.

El cineasta de ochenta años había anunciado que su anterior película Jimmy’s Hall (2014), sería la última de su extensa filmografía, pero cuenta que decidió volver a rodar después de revisar el guion que le llevó su camarada Paul Laverty. En menos de una semana decidió que quería volver a estar tras la cámara. Y ahora, a pesar de su avanzada edad y el cansancio que representan los rodajes no se atrevió a decir si ésta sería la conclusión de su carrera como director de cine.

La cinta aborda temas como la dignidad y la solidaridad, pero también hace referencia a la escasa funcionalidad del sistema de servicios sociales de Inglaterra. Gran parte de la obra de Loach tiene como protagonistas a personajes de la clase trabajadora, la frustración de las personas que viven al día le hace sentir empatía con ellos. Aunque el cineasta inglés siempre ha hecho hincapié en que a él no le corresponde hacer denuncias, únicamente contar historias.

La cinta plantea un cuestionamiento al deber del Estado cuando vemos a un hombre enfermo dar vueltas por horas buscando un empleo que sabe que no podrá tomar, cuando una madre se ve obligada a cambiar su lugar de residencia para tener acceso a un departamento. En vez de respuestas y consideración Daniel Blake recibe un curso de elaboración de currículum.

Ciertamente no es la mejor película de Ken Loach, no tiene la suficiente profundidad de Swet sixteen (2002), ni es tan divertida como Buscando a Eric (Looking for Eric, 2009). El cineasta británico sigue explorando esta vertiente del deber social y la solidaridad, tan presentes en su cine, pero lo hace de una manera convencional y sin sorpresas. En todo caso es un filme lo suficientemente bien logrado como para cerrar de manera digna una carrera de esa magnitud.

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