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Está por abrirse al público zona arqueológica de Zaragoza en Acuitzio

En Michoacán existen mil 907 sitios arqueológicos, pero sólo seis han sido abiertos al público
En Michoacán existen mil 907 sitios arqueológicos, pero sólo seis han sido abiertos al público

Conocida también como Cerro de los Chichimecas, Zaragoza se convertirá en la séptima zona arqueológica abierta al público en los próximos meses y su virtud está en sus numerosos petrograbados, algunos de los cuales están en rocas sueltas y otros en los bloques de sus edificios

Morelia, Michoacán, 06 de abril de 2014.- La zona arqueológica de Zaragoza y de la reserva ecológica de Acuitzio, en Michoacán está a punto de abrirse al público. Así lo adelantó la arqueóloga Eugenia Fernández-Villanueva, investigadora del Centro INAH de Michoacán, quien lamenta que a finales de 2012 el gobierno destruyera una plataforma prehispánica en este lugar para construir un libramiento.

En este sitio, explicó, se han localizado 175 petrograbados y se han recuperado 23 individuos de los dos entierros detectados, así como numerosos restos óseos para analizar. Además, ya fue mapeado el sitio, se han ubicado las estructuras de mayor tamaño y se liberó parcialmente su juego de pelota, aunque la mayor incógnita sigue siendo a qué cultura correspondió el sitio, pues por ahora sólo se sabe que no perteneció a la cultura tarasca.

Sobre la destrucción de una plataforma en el asentamiento prehispánico, la investigadora reconoce que aunque se delimitó una poligonal central de 38 hectáreas —de las que el gobierno local adquirió 28 del asentamiento prehispánico— protegidas en el Plan de Desarrollo Municipal, no fue suficiente.

“Así que (el gobierno local y el federal) decidieron construir un libramiento y destruir una plataforma en la ladera norte de la zona arqueológica, cerca de la población de Acuitzio. Y por más que les demostramos que era una plataforma prehispánica nos dijeron que el propietario ya les había vendido la piedra y lo destruyeron”, declaró a este diario.

¿Qué pasó después?, se le inquiere. “Pues como era un proyecto presidencial, había que terminar el libramiento; bueno lo terminaron, lo inauguraron, pero no terminaron los puentes. Está en funcionamiento, pero falta mucho para su conclusión, y eso sucedió cuando iba a salir la administración federal anterior, en 2012”, reconoce.

Conocida también como Cerro de los Chichimecas, Zaragoza se convertirá en la séptima zona arqueológica abierta al público en los próximos meses y su virtud está en sus numerosos petrograbados, algunos de los cuales están en rocas sueltas y otros en los bloques de sus edificios.

Sin embargo, aclara que por ahora Zaragoza no tiene un decreto como zona arqueológica, así que cuando suceda la apertura lo hará bajo el nombre de parque arqueológico y ecológico Mesa Acuitzio.

En Michoacán existen mil 907 sitios arqueológicos, pero sólo seis han sido abiertos al público: Tzintzuntzan e Ihuatzio —ubicados en el Lago de Pátzcuaro—, Tingambato y San Felipe los Alzati —ubicadas en Zitácuaro— y Tres Cerritos y Huandacareo, dos pequeñas zonas junto al lago de Cuitzeo correspondientes a la etapa tarasca.

“Michoacán tiene cualquier cantidad de sitios arqueológicos y pequeñas ciudades, o cuando menos grandes poblaciones que nos llevan a concebir el señorío tarasco, el cual por cierto fue el imperio rival del mexica, pues cuando llegaron los españoles éste era el imperio en ascenso”, añadió la especialista.

OBJETOS DE TURQUESA

En opinión de la arqueóloga Eugenia Fernández-Villanueva, investigadora por El Colegio de Michoacán (Colmich) y quien trabaja en el Proyecto de Zaragoza desde 2004, no se le ha dado mucha importancia al occidente de México.

¿A qué se debe esa falta de difusión?, se le pregunta. “En parte a que poca gente se ha interesado por trabajar en esta zona, pues las investigaciones se han centralizado demasiado en el Altiplano Central mexicano, en Oaxaca y la zona maya, entonces las demás regiones quedan menos estudiadas”, comenta.

¿Por qué sólo se han abierto al público seis zonas arqueológicas de las mil 907?, se le consulta. “Así es. Se había intentado abrir Zaragoza desde hace al menos un par de años, pero haciendo el recuento después de la temporada del año 2000 todo se detuvo, luego en 2004 volvimos a empezar y a la fecha han sido varias temporadas muy espaciadas en 2004, 2006, 2009 y 2012”, reconoce. Pero por ahora el proyecto sigue en pie y se espera su apertura al público en la presente temporada, añade.

Entre las más recientes investigaciones en Zaragoza, dice Fernández, se ha trabajado en el juego de pelota, junto al cual se descubrió un edificio relacionado con un temazcal, directamente asociado con la práctica ritual del juego de pelota.

“Además, al pie del temazcal hallamos un entierro múltiple y entre sus objetos aparecieron elementos que nos han permitido relacionar a los antiguos habitantes de Zaragoza con todo el Bajío y con regiones no tan cercanas, como Sayula, en Jalisco e incluso el suroeste de Estados Unidos”, apunta.

Asimismo, los investigadores han recuperado cientos de malacates, cuentas de piedra, barro y cerámica, y en el entierro ya referido también hallaron objetos cerámicos vinculados con la región de Tierra Caliente, y otros objetos de turquesa que provienen de la zona mencionada del país vecino. Así que aún están por confirmarse las relaciones comerciales que sostuvo la zona de Zaragoza.

¿Correspondieron a la cultura tarasca los habitantes de Zaragoza? “Esa es la pregunta que nos hace todo visitante. Y bueno, no tengo empacho en decir que no tenemos la más remota idea de qué filiación étnica tenían. No tenemos ese dato. Lo que sí podemos asegurar es que no eran tarascos… Aunque por el tipo de arquitectura y de objetos hallados, sí sabemos que corresponden a grupos locales, pero aún es difícil asignarles una filiación étnica”, reconoce.

Sin embargo, la investigadora aclara que esta duda podría despejarse cuando los antropólogos físicos concluyan el análisis del material óseo detectado en las tumbas, “el cual lamentablemente está en pésimo estado, pues incluso del entierro múltiple de 2012 no encontramos una sola vértebra, ni una sola costilla, ni pelvis. Lo único que encontramos fueron huesos largos y cráneos, pues todo lo demás está desbaratado”, concluye. (CON INFORMACIÓN DE: EL EXCÉLSIOR).

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