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El michoacano José Sánchez del Río será canonizado el 16 de octubre

En esa fecha será canonizado el "niño cristero", José Sánchez del Río, (1914-1928), cruelmente asesinado a los 14 años durante el sangriento conflicto mexicano conocido como la Guerra Cristera
En esa fecha será canonizado el «niño cristero», José Sánchez del Río, (1914-1928), cruelmente asesinado a los 14 años durante el sangriento conflicto mexicano conocido como la Guerra Cristera

El mártir mexicano, que nació en Sahuayo, beatificado en 2005 por el Papa Benedicto XVI, se convertirá oficialmente en santo, al lado de otros mexicanos, entre ellos el indio Juan Diego, canonizado en 2002 por Juan Pablo II en una ceremonia en ciudad de México

Ciudad del Vaticano, 15 de marzo de 2016.- El 16 de octubre, el Papa Francisco presidirá en San Pedro la ceremonia de canonización de dos nuevos santos latinoamericanos, ejemplos y modelos de la diversidad de la Iglesia Católica en el continente.

En esa fecha será canonizado el «niño cristero», José Sánchez del Río, (1914-1928), cruelmente asesinado a los 14 años durante el sangriento conflicto mexicano conocido como la Guerra Cristera, que enfrentó de 1926 a 1929 a las tropas del régimen revolucionario con un movimiento católico campesino que se levantó en armas contra el anticlericalismo del nuevo Estado.

Casi un siglo después, el mártir mexicano, que nació en Sahuayo, Michoacán, beatificado en 2005 por el Papa Benedicto XVI, se convierte oficialmente en santo, al lado de otros mexicanos, entre ellos el indio Juan Diego, canonizado en 2002 por Juan Pablo II en una ceremonia en ciudad de México.

El nuevo santo mexicano alcanza la gloria de los altares por haber intercedido en un milagro: la curación de una niña que nació hace cinco años con un 90% de muerte cerebral.

En la misma ceremonia del 16 de octubre, “El Cura Gaucho», como se conoce a José Gabriel del Rosario Brochero, declarado beato en septiembre del 2013, se convertirá en octubre en el primer santo nacido y fallecido en Argentina.

Muy popular en su país, el sacerdote realizó una misión evangelizadora a lomo de mula en las sierras de Córdoba, al norte de Buenos Aires, donde nació en 1840 y murió en 1914, víctima de la lepra.

La causa para la beatificación del cura Brochero se inició en 1965 pero recién en 2012 una junta médica del Vaticano aprobó por unanimidad atribuir al sacerdote la cura milagrosa de un niño, Nicolás Flores Violino, ocurrida a fines de 2000.

Un segundo milagro atribuido a Brochero, la recuperación inexplicable de Camila Brusotti, una niña con lesiones que la habían dejado al borde de la muerte, le permite convertirse en modelo de vida para todos los católicos de todos los continentes.

«Este pastor con olor a oveja se hizo pobre entre los pobres», escribió el papa Francisco al recordar su labor pastoral: «no se quedó en la sacristía a peinar ovejas», subrayó.

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