Peregrina la Arquidiócesis de Morelia al Tepeyac
Miles de peregrinos de la Arquidiócesis de Morelia arribaron este 11 de octubre a la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, a visitar a la “Morenita del Tepeyac” como lo han hecho por 64 años. Es el primer año que Mons. Carlos Garfias Merlos, acompaña a sus hijos peregrinos varones al Tepeyac como Arzobispo de Morelia.
–
Ciudad de México, 12 de octubre de 2017.- Miles de peregrinos de la Arquidiócesis de Morelia arribaron este 11 de octubre a la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, a visitar a la “Morenita del Tepeyac” como lo han hecho por 64 años. Es el primer año que Mons. Carlos Garfias Merlos, acompaña a sus hijos peregrinos varones al Tepeyac como Arzobispo de Morelia.
La peregrinación varonil a pie al Tepeyac y de ciclistas de la Arquidiócesis es legado de generaciones que año con año aumenta sus filas, su fe y su esperanza.
Este año, en total sumaron 21,528 peregrinos: 80 sacerdotes, 15,048 peregrinos a pie, 3,400 ciclistas, y 3,000 devotos purépechas.
Se han celebrado tres misas a los pies de la “Morenita”: 06:00, 10:00 y 11:00 hrs., en las cuales el Señor Arzobispo de Morelia, les ha dicho que el recorrido que los peregrinos a pie hacen año con año, es muestra de una gran fe, “con gran alegría y profunda esperanza nos encontramos ante Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de México y Latinoamérica; hemos peregrinado hasta este lugar santo para manifestar nuestra fe en Dios y a su Santísima Madre”.
En la homilía Monseñor Garfias invitó a los peregrinos “a hacer de su caminar una oración a Dios y a María de Guadalupe, ustedes como cada año han caminado desde todas las regiones de nuestra querida Arquidiócesis de Morelia y han recorrido los caminos entre sacrificios y cansancios, entre cantos y experiencias alegres, hasta llegar a este valle del Anáhuac, para visitar, con un corazón colmado de gratitud y amor, a María, la Santísima Virgen de Guadalupe”.
En el mensaje que Monseñor Carlos Garfias ha compartido con los ciclistas de la Arquidiócesis, les expresó que el recorrido que han realizado para encontrarse con la Virgen de Guadalupe “es muestra no sólo de su fe, sino de un compromiso que se expresa a través del esfuerzo, la dedicación, el continuar adelante a pesar de los obstáculos y en medio de cuestas hacia arriba o hacia abajo”, el cual se asemeja al camino que el Estado de Michoacán y México, recorren día a día para hacer frente a la violencia y a la incertidumbre.
Ante esta realidad “la única manera de recuperar nuestra confianza es emprender un camino diferente. A semejanza de ustedes que peregrinan en sus bicicletas a lo largo de kilómetros y kilómetros, debemos caminar juntos, hacer un camino basado en la solidaridad, en el amor de Cristo, nuestra paz, en la construcción de renovadas estructuras de apoyo a las comunidades y a las personas que necesitan ser escuchadas, obtener trabajo y vivir en entornos seguros”.
El Arzobispo de Morelia, en este caminar a la Basílica de Guadalupe, también tuvo un encuentro con los medios de comunicación, donde compartió su confianza de que la peregrinación y el sacrificio de todos los peregrinos sea un signo de paz y esperanza en medio de la situación tan difícil que atraviesa el Estado de Michoacán. Encomendó a la Virgen de Guadalupe las acciones que se están emprendiendo en la Arquidiócesis de Morelia en bien de la Construcción de la Paz, y pidió la intercesión y puso en sus manos los proyectos de los Centros de Escucha a víctimas de la violencia, así como las mesas de diálogo social que tienen como finalidad construir las bases para un Michoacán mejor.
En esta 64ª peregrinación de la Arquidiócesis de Morelia, el Señor Arzobispo expresó la solidaridad de la Iglesia de Morelia a todos aquellos que han sufrido las consecuencias sísmicas de los terremotos de septiembre, “a todos los afectados expresamos nuestra cercanía y sentido afecto. Pido a Dios que otorgue el eterno descanso a los fallecidos, consuele a los afectados por tan lamentable desgracia e inspire en todos sentimientos de esperanza para afrontar dicha adversidad, que María de Guadalupe sea consuelo, fortaleza, esperanza y luz para todos”.