Y Jara… ¡se enojó!; pierde la compostura en rueda de prensa

Acostumbrado a preguntas a modo, y pese a múltiples intentos por callar las preguntas de los comunicadores, el mandatario estatal truena contra quienes lo interrogaban; asegura que las cifras oficiales muestran que Michoacán está mejor y que son personales ataques en su contra

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Morelia, Michoacán, 06 de julio de 2015.- El gobernador de Michoacán, Salvador Jara Guerrero, perdió la compostura en rueda de prensa conjunta con el gobernador electo, Silvano Aureoles Conejo, realizada esta mañana en Casa de Gobierno.

Acostumbrado a las preguntas a modo que suele hacerle el pequeño grupo de comunicadores al cual permite acercarse la Coordinación de Comunicación Social, el mandatario estatal no supo manejar sus emociones cuando fue severamente cuestionado en repetidas ocasiones por periodistas que evidentemente no tienen con él compromisos ni relación de amistad.

En múltiples ocasiones, la aún coordinadora de Comunicación Social del Gobierno de Michoacán, Georgina Morales, intentó detener la rueda de prensa que se le estaba saliendo de control, pese a que era obvio que aún había muchos comunicadores que pretendían hacer cuestionamientos sobre los temas de la inseguridad y de las finanzas del estado.

Después de la exposición inicial de Salvador Jara y Silvano Aureoles, la presunta encargada de las políticas de comunicación social del gobierno estatal cedió la palabra a periodistas “amigos” que sólo hacían preguntas superficiales y a modo para el lucimiento del aún mandatario estatal, pero posteriormente la rueda de prensa se salió del parsimonioso control de los empleados estatales.

En su momento, el conductor de noticias, Ignacio Martínez, cuestionó a Salvador Jara sobre declaraciones del fundador de las autodefensas, Hipólito Mora Chávez, en el sentido de que en Michoacán se necesita “honestidad y huevos”. En ese sentido, cuestionó al gobernador saliente sobre los recientes hechos de inseguridad en Morelia y en otros puntos del estado y preguntó si “faltan huevos” a las autoridades estatales.

La pregunta dejó pasmados por algunos segundos a Salvador Jara y Silvano Aureoles, pero después éste último, casi de manera involuntaria -como un acto reflejo- volteó ligeramente a ver al ex rector de la Universidad Michoacana y dijo en voz alta “Doctor”, invitándolo a responder. Lo que provocó risa entre la mayoría de los presentes, incluso del propio mandatario electo.

Fue cuestionado también por los periodistas Verónica García, José Maldonado y Víctor Villicaña. La primera preguntó sobre el estado de las finanzas, el segundo sobre versiones de hechos de corrupción que se gestan al interior de Casa de Gobierno, en Ayudantía -cuerpo de seguridad al servicio del gobernador de Michoacán-.

El tercero cuestionó sobre lo sospechoso de que por dos años vecinos de Ucareo, Zinapécuaro y los alrededores solicitaron el apoyo de las autoridades por un grupo de delincuentes que asolaba la región y no había acciones del gobierno, mientras que cuando los delincuentes aparecen colgados, de inmediato son detenidos civiles que aparentemente fueron fabricados como responsables de este último hecho.

Las respuestas fueron lo de menos. Jara Guerrero respondió en el tema financiero que no es posible dejar al Gobierno de Michoacán sin deuda, pero que dejará orden financiero, y en los temas de seguridad, lo de siempre, que las cifras oficiales lo respaldan, que demuestran que Michoacán está mejor hoy que hace dos años, que ahora hay más eficiencia por parte de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

Con el rostro colorado, y visiblemente conteniendo su ira, a uno de los periodistas le conminó a cuestionar con mayores elementos y al otro le respondió que no estaba haciendo una pregunta, sino que estaba emitiendo una opinión, y que a él, las cifras oficiales lo respaldan.

Pese a que minutos antes, Silvano Aureoles había invitado a responder todos los cuestionamientos de los representantes de los medios de comunicación, Georgina Morales intentaba sin éxito, una y otra vez, detener la retahíla de preguntas incómodas, hasta que por fin, una vez que la gran mayoría de los periodistas saciaron sus dudas, logró frenar la rueda de prensa. Pero era tarde, esta vez no funcionó el cerco en torno a Salvador Jara.