Justicia

Crece interés por blindaje de vehículos en México, ante violencia

Unidades que son habilitadas con las técnicas de blindaje.
Unidades que son habilitadas con las técnicas de blindaje.

Es una de las opciones más elegidas: sólo en dos de cada diez ataques con arma de fuego, los ocupantes resultan con heridas menores

Morelia, Michoacán; 9 de agosto de 2015.- Ante la ola de violencia e inseguridad que vive México crece el interés de los diferentes sectores de la sociedad para estar protegidos. De acuerdo con datos del primer estudio sobre “Ataques Balísticos a Vehículos en México, 2010 – 2014” que realizó la firma ProRescue, y concluyó en julio de este año, sólo en dos de cada 10 atentados que sufren los vehículos con armas de fuego de alto calibre, solo en 2 de cada 10 ataques con arma de fuego a un automotor en nuestro país, los ocupantes resultan con heridas menores.

El diagnóstico que realizó la compañía experta en seguridad vehicular, consultoría y entrenamiento especializado, reveló que en ese periodo el 88% de los ataques a los automotores resultaron ponchadas una o más llantas, lo que entorpeció su movilidad y la oportunidad de escapar de sitio de peligro.

Gerardo Corona, director de ProRescue MX, explicó que el estudio tiene una aproximación analítica sobre una muestra de los ataques con armas de fuego a carros y camionetas, tanto de uso particular como de las fuerzas públicas, tras hacer una búsqueda precisa de los casos se simplificó la información para la base de datos de la empresa.

Los criterios de selección de los casos fueron: El registro del ataque armado a un vehículo o sus ocupantes, eventos reseñados en medios impresos o digitales con soporte fotográfico de daños, personaje o noticia destacada o con alto nivel de difusión, divulgado por dos o más medios y con la confirmación oficial.

El también consultor en protección ejecutiva y especialista en seguridad vehicular, precisó que del total de los casos recabados y analizados, el 45% presentó colisiones con objetos fijos y otros vehículos.

Entre los puntos resaltantes del estudio –indicó– se encuentran que: El 10% de los ocupantes de automotores que lograron el mejor desenlace post-ataque viajaban en un vehículo blindado, tenían conductor/escoltas entrenados y un foco en la evacuación.

Además se identificó que en casi todas las acciones armadas, fueron los fusiles de asalto los mayores protagonistas, mientras que las localidades con más episodios fueron: Tamaulipas, Guerrero, Michoacán, Sinaloa y Chihuahua.

Agregó que llama la atención la aparente ausencia de inhibidores del ataque, ya que se realizaron en la vía pública por más de 5 minutos, en cualquier horario, contra objetivos armados o desarmados y con un alto nivel de violencia.

Ante ello, Gerardo Corona recomendó a los ciudadanos tomar en cuenta tres factores para prevenir un ataque (a bordo del automotor) o bien salir bien librado de éste.
Ambiente: Configuración de un esquema de seguridad vehicular basado en análisis de riesgo por rutas y perfil del conductor, pasajeros o protegidos.

Vehículo: En zonas de alto riesgo contar con blindaje nivel NIJ III o superior y con dispositivos de alto rendimiento (turbo, frenos, suspensión y runflats inserts).

Conductor: El operador promedio debe contar con entrenamiento básico para evitar accidentes y realizar acciones evasivas. Para conductores de seguridad, en esos ambientes se debe duplicar la periodicidad de los entrenamientos y ajustarlos a condiciones cada vez más reales.

“Cuando se traslada a una persona con un perfil alto o un objetivo de sumo valor en ambientes de alto riesgo, tenemos una elevada probabilidad de ser atacados en trayectos de más de 8 kilómetros, por lo que el vehículo deberá ser conducido fuera de la zona de ataque, bajo dos difíciles condiciones: Baja visibilidad producida por impactos de bala en los cristales y maniobrabilidad limitada a causa de una o más llantas ponchadas”, indicó el directivo.

Refirió que el lugar donde más personas mueren por causas violentas es la vía pública y en casi todas esas muertes de una forma u otra está involucrado por lo menos un vehículo; de 2010 a 2014 se registraron 121 mil 699 defunciones por homicidios y 82 mil 732 fallecimientos por accidentes viales, según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (CONAPRA).

Incluso, organizaciones no gubernamentales indican que el 85% de los ataques a vehículos tienen éxito en el siguiente orden: Deteniendo el automotor, haciendo que colisione, secuestrando al objetivo y eliminando al conductor y/o a sus ocupantes.

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