Persiste el problema de los baches en Morelia

Aunque el alcalde Raúl Morón ofreció terminar con los baches a finales del próximo mes de diciembre, la tarea no es fácil;  los trabajos para regenerar las vialidades siguen su curso, aunque los ciudadanos, perciben un avance muy lento para tapar los cientos agujeros que cada día se incrementan más en las calles

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Morelia, Michoacán, 03 de octubre de 2018.- Aunque el reto impuesto por el Presidente Municipal de Morelia, Raúl Morón Orozco de terminar con los baches a finales del próximo mes de diciembre, la tarea no es fácil; los trabajos para regenerar las vialidades siguen su curso aunque los ciudadanos, perciben un avance muy lento para tapar los cientos agujeros que cada día se incrementan más en las calles de la capital michoacana.

Y es que aunque el plazo para mejorar las calles vence a final de este 2018, las quejas siguen por parte de los automovilistas que sienten la afectación de sus unidades cuando pasan por la salida a Quiroga, sobre la Avenida Madero Poniente, sobre la Calzada Ventura Puente, por la Avenida Camelinas, en la Avenida Torreón Nuevo entre muchas otras vías primarias y no se diga, al interior de las colonias donde los habitantes tienen que arrojar lo que pueden a los baches a fin de aminorar las afectaciones en sus coches.

La Avenida San José del Cerrito que en un tramo fue repavimentada por la anterior administración, el otro tramo se encuentra sumamente afectado lo que impide un tránsito ágil de los colonos quienes incluso, pidieron vigilancia policial ya que señalaron que debido a la lentitud con la que circulan por las zanjas que se han formado, han sufrido de asaltos pues además de los agujeros, la iluminación es bastante deficiente en la zona que se ubica al sur de la ciudad.

A pesar de que la autoridad ha señalado que será en los próximos días cuando los ciudadanos podrán percibir mayor avance en los trabajos de regeneración de las vialidades debido a que las lluvias poco a poco podrían mermar, la población sigue viendo como los trabajadores municipales tapan unos agujeros, pero otros, «nacen» en lo que parece un cuento de nunca acabar.