Sucesos

Jerarcas católicos realizan Exorcismo Magno a México

Realizan exorcismo a México
Realizan exorcismo a México

Jerarcas católicos consideran que el aborto en la Ciudad de México y el culto a la muerte han provocado una infestación satánica en todo el país la cual, a su vez, ha ocasionado un desbordamiento incontenible de la violencia

México, D.F., 24 de junio de 2015.- El miércoles 20 de mayo, en la catedral metropolitana de San Luis Potosí, se llevó a cabo el «Magno Exorcismo» de la nación mexicana. El Rito fue celebrado por el Cardenal Juan Sandoval, por el Arzobispo de San Luis Potosí, Monseñor Carlos Cabrero, y por varios sacerdotes exorcistas que acudieron de diversas diócesis de México para tal ceremonia.

Para asesorar y fungir como maestro de ceremonias de dicha celebración, fue invitado el creador mismo del «Magno Exorcismo» (en latín «Dimicatio»), Padre Antonio Fortea, sacerdote español mundialmente conocido por sus libros referentes al tema del exorcismo, especialmente «Summa Daemoniaca» y «Memorias de un Exorcista».

Entrevistado telefónicamente, el Padre Fortea rehusó dar detalles sobre la ceremonia realizada en San Luis Potosí, la cual se llevó a cabo a puerta cerrada, pero señaló que sin duda alguna aborto, satanismo, corrupción, culto a la «santa» muerte y legalización de aberraciones sexuales han provocado una gran infestación satánica en todo México. Todo ello, añadió, ocasiona una violencia incontrolada y generalizada debido precisamente a la acción demoníaca.

Que la nación mexicana está sufriendo una infestación satánica a consecuencia del aborto y del culto a la muerte es una convicción que ya tenían exorcistas y expertos en pastoral de la liberación. Esa es, dicen, la causa esencial de la violencia que se sufre en todo el país.

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El hecho de que un lugar, ciudad o país infestado por demonios pueda ser espiritualmente liberado y consagrado a Dios para acabar con la violencia no es solo doctrina de Fortea, sino realidad histórica.

En el año de 1226, San Francisco de Asís acudió a la Ciudad de Arezzo, Italia, debido a que allí se libraba una violenta lucha intestina entre familias. Al llegar, el hombre de Dios vio sobre la ciudad un grupo de demonios que se alegraban mientras azuzaban a sus habitantes en una lucha de unos contra otros.

Compadecido de la situación, el santo de Asís, junto con su discípulo Fray Silvestro, hizo una oración de liberación invocando a Dios y gritando «váyanse de aquí, demonios todos, muy lejos de aquí». El santo vio que los demonios se iban. Al poco tiempo, las familias se reconciliaron y se pacificó la ciudad, volviendo a respetar los derechos de cada uno (Ver Tomás de Celano, «Vida Segunda», p.II, 108).

A raíz del poseso mexicano que fue llevado a El Vaticano para tratar de ser liberado por el Papa Francisco y posteriormente sometido a un exorcismo formal con el gran exorcista italiano Padre Gabrielle Amorth, se supo que en México existe una proporción directa entre el número de abortos y el número de asesinados por parte del crimen organizado. 

Refiriéndose al aborto, los demonios que ese joven michoacano lleva con gran sufrimiento en su interior han declarado a Amorth y a otros exorcistas mexicanos: «Cuando la señora (la Virgen de Guadalupe) vino a estas tierras, se acabaron los sacrificios humanos y nos expulsaron de aquí. Pero ahora, ustedes, estúpidos, con sus leyes, nos han vuelto a traer de nuevo».

Fortea insiste en que cada obispo debe celebrar en su propia diócesis el Magno Exorcismo y la consagración de la misma, y que cada fiel debe consagrase a Dios de forma personal, convirtiéndose de todo corazón y entregado la propia vida en expiación por todos los pecados que se comenten en la nación mexicana.

Y, desde luego, urge derogar en el Distrito Federal la ley del aborto, causa de todo esto, e incluir en el artículo primero constitucional el derecho humano a la vida desde el primer instante de su concepción.

Los jerarcas y exorcistas esperan que después del Magno Exorcismo, y de la Consagración (que también celebró el Cardenal Juan Sandoval, en la Catedral de la Arquidiócesis de México, el 12 de diciembre de 2014) el aborto y los crímenes violentos comenzarán a decrecer en el país. (CON INFORMACIÓN DE: ALBERTO VILLASANA).

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