Editoriales

Agachados / Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes

El autor es licenciado en Derecho, especialista en Derecho Agrario; Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regional; Maestro en Derecho Ambiental y de la Sostenibilidad; Diplomado en la Unión Europea
El autor es licenciado en Derecho, especialista en Derecho Agrario; Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regional; Maestro en Derecho Ambiental y de la Sostenibilidad; Diplomado en la Unión Europea

Es el momento de dejar de estar agachados para levantar cabeza y proponer a los mejores hombres y mujeres para que sean gobierno. Pues como lo he dicho antes, es gacho vivir agachado

México, D.F., 05 de marzo de 2014.- Agachar, según el diccionario de la real academia española tienen distintos significados en América Latina y el Caribe, a saber: Inclinar o bajar alguna parte del cuerpo, y especialmente la cabeza; Encogerse, doblando mucho el cuerpo hacia la tierra; Ceder, someterse; Dicho de un jugador de dominó: Quedarse con las fichas que podía poner en juego; Retirarse, apartarse durante algún tiempo del trato y vista de la gente; Dejar pasar algún contratiempo, persecución o acusación sin defenderse ni excusarse, para sacar después mejor partido.

Qué gacho es vivir así ya sea por acción u omisión. La historia del país nos muestra como en distintos momentos cruciales para el destino de la patria hemos permanecido encogidos, retirados, apartados, sometidos a intereses perversos de las cúpulas económicas y políticas.

Nuestros “representantes” populares han sometido al Estado y han hecho de sus instituciones un entramado de redes y conexiones para mantenerse y encaramarse del poder sus familiares y allegados; veamos poderes públicos y partidos políticos y universidades, los organigramas son más bien árboles genealógicos. Lo mismo ocurre con los organismos ciudadanos supuestamente autónomos.

El ciudadano común, el ciudadano pensante y consciente de la grave situación de su entorno social parece que empieza a levantar cabeza muy a pesar de los legisladores que se oponen a la abierta participación ciudadana y a la transparencia y rendición de cuentas. Los ciudadanos sin compromisos somos mayoría y como mayoría tenemos la posibilidad de decidir y de mandar a los representantes de los poderes y órganos del Estado.

Es un momento coyuntural para que logrado el avance realmente democrático en la posibilidad de las candidaturas independientes elijamos en todos los cargos representativos a un ciudadano como nosotros; que viva en nuestra calle , en nuestra colonia y que sepamos realmente quién es y no que sólo los partidos nos los impongan, sin saber si tienen experiencia o preparación.

Es el momento de dejar de estar agachados para levantar cabeza y proponer a los mejores hombres y mujeres para que sean gobierno. Pues como lo he dicho antes, es gacho vivir agachado.

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