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El Evangelio Hoy: A la escucha de la Palabra de Dios

La palabra es la fuerza transformadora de Dios, no escucharla es hacer estéril la vida como los campos secos que nada producen.

Morelia, Michoacán, 16 de julio de 2020.- En tu vida. En la comunidad el desconcierto es total, hay muchas mentiras en la pandemia, otras crisis terribles: violencia injusticia…

La gente vive sin Dios, su fe se marchita sin la Palabra.

Dios habla. La Palabra de Dios ha creado los cielos y la tierra y desciende a los hombres para educarlos y darles la sabiduría y la energía para recrear la tierra y llevarla a su realización perfecta según el proyecto de Dios.

Dios ha hablado de muchas maneras a los hombres, a través de los profetas, a través de los signos y de los acontecimientos. Es la experiencia que se transmite en el Antiguo Testamento por los sabios y los profetas. Se transmite a través de los ritos de los acontecimientos de todos los pueblos, como los indígenas.

Es muy hermosa la forma como el gran profeta Isaías presenta la palabra comparada a la lluvia y la nieve que empapan la tierra la fecundan y la hacen germinar.

Dice el señor: así será la palabra que sale de mi boca no volverá a mí sin resultado…”.

Dios enseña progresivamente a su pueblo y le va entregando su Palabra en la medida en que aquel pueblo ignorante lo puede entender. La Revelación al pasar el tiempo es cada vez más abierta y nítida.

La Palabra aparece en todo su esplendor y profundidad en Jesucristo. El es Palabra eterna de Dios.

El Evangelio de San Juan tiene un matiz propio: presentar a Jesús como el Revelador del Padre. Es maravilloso porque él nos entrega cuanto escuchó de su Padre.

El es el mesías, Palabra y sabiduría de Dios. Es Dios mismo, el sembrador que se presenta en el mundo para sembrar la Palabra. En el Evangelio de Mateo que se proclama este domingo, Jesús se presenta a sí mismo. Ante una multitud incontable, él se entrega. Se presenta a sí mismo:

“Salió un sembrador a sembrar”.

En las multitudes y los individuos que escuchan, la palabra corre diversas suertes que el Señor señala.

“Unos granos cayeron a lo largo del camino y vinieron los pájaros y se los comieron”. Son las personas que oyen sin poner atención a la Palabra, que no entienden. Viene el diablo y les arrebata la Palabra.

“Otros granos cayeron en terreno pedregoso… Germinaron pronto y como no tenían raíces se secaron”.. Son las personas y ligeras, que no piensan, extrovertidas en la rutina de su trabajo y en la diversión.

Otros cayeron en la maleza, cuando creció la maleza sofocó las plantitas”. Son las personas que tienen el alma llena de ocupaciones vanas como tiliches, de preocupaciones mundanas de manera que no tienen espacio para Dios”.

“Otros cayeron en tierra buena y dieron fruto”. Hay almas que escuchan a Cristo, acogen la Palabra y dan fruto: progresan y dan un buen testimonio en la comunidad. 

La Palabra de Dios hace nacer y crecer la fe. Esta comienza en la experiencia de Cristo que es Palabra viviente, es el guía y el centro de la fe.

El creyente es el hombre de la Palabra, la comunidad es la familia de la Palabra  que es su alimento y su vida.

Vive intensamente. La comunidad necesita darle su lugar a la Palabra,  escucharla y obedecerla.

Cristo está aquí. Nos alimenta con la sabiduría de su Palabra y con el cuerpo y la sangre de su amor.

Proyecto Secreto: Servir al pueblo pobre con la verdad

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