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Ágora: México no es solo el país de AMLO

México no es un país de un solo hombre y un solo partido. Hay una pluralidad de voces que merecen ser escuchadas y atendidas. Las alianzas son naturales en todo sistema democrático, por más que no se compartan ideales.

Morelia, Michoacán, 16 de diciembre de 2020.- Uno de los principales cuestionamientos de los propagandísticos del régimen de AMLO en contra de la alianza que PRI, PAN y PRD están impulsando en diversos estados del país, entre ellos Michoacán, se resume en la idea de que este movimiento tiene un solo reto, el de quitar a Morena la mayor cantidad de espacios de poder posibles.

Se utilizan todo tipo de epítetos para denostar la alianza, entre ellos el más socorrido es de que se trata de una unión antinatural, que tiene como objetivo no promover un nuevo programa de gobierno sino, sencillamente, hacerle la vida imposible al presidente.

Sin embargo, los morenistas se equivocan al descalificar esta alianza, pues es normal que, en momentos de coyuntura, cuando un partido se impone como fuerza hegemónica, cerrando todos los demás espacios, resulta natural que los partidos opositores se unan, por más que no compartan los mismos ideales.

Nada les gustaría más a los morenistas que competir con cada partido en particular, pues de esta manera obtendrían triunfos sino fáciles sí accesibles, por ello la virulencia que han puesto en denostar este esfuerzo, algo que seguirá en aumento conforme pasen los días y se acerque la fecha de la designación de candidatos.

Podemos decir que, en concreto, esta alianza es producto del mismo presidente, pues con la manera centralista de ejercer el poder, aplicando una política de insultos y descalificaciones en contra de lo que no sea su particular visión de las cosas, ha propiciado que un movimiento que parecía inofensivo, haya ido creciendo en los últimos tiempos.

No podría esperar AMLO menos cuando se ha dedicado a utilizar su principal foro, las mañaneras, a cuestionar a todo aquel que no se adapte a sus políticas, uniéndolos a todos bajo el membrete de conservador, como si él fuera la autoridad moral que reparte no sólo cargos sino también acreditaciones de buena o mala conducta.

AMLO gobierna sólo para un espectro de la población, de ahí que quienes no se sienten representados por él (un conjunto de diversas expresiones en las que hay de todo, desde ultraderechistas hasta izquierdistas desengañados) hayan decidido unir fuerzas.

No obstante, tiene razón los propagandistas de AMLO cuando señalan que esta alianza carece de un proyecto político y que su nacimiento obedece a una situación de emergencia.

Pero hay que decirlo: México no es un país de un solo hombre y un solo partido. Hay una pluralidad de voces que merecen ser escuchadas y atendidas. Las alianzas son naturales en todo sistema democrático, por más que no se compartan ideales. Ha ocurrido en Grecia, en España y en Portugal.

Así que no hay que asustarse. Morena seguirá en las boletas, por si algún ciudadano quiere votar por ellos. Pero también habrá otra opción. En todo caso, el triunfo de AMLO o de las candidaturas comunes que impulse la alianza nacerán del análisis que haga el votante respecto tanto de la trayectoria como de los resultados que han arrojado los gobiernos de las diferentes fuerzas políticas.

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