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¡Cobardes! (Por: Salvador Hurtado)

Cuánto desgraciado cobarde infiltrado hay buscando acomodo de los partidos de oposición, directo al partido en el poder o al gobierno estatal o federal

Morelia, Michoacán, 09 de enero de 2024.- Siempre habrá valientes, muy pocos, poquísimos para señalar los actos de corrupción y destrucción, pero hasta ahora y de continuar el sistema como va, se ve difícil generar un cambio. Los cobardes son los más, tristemente, y mientras esto siga así, nuestro estado y el país se hundirán. Cuánto desgraciado cobarde infiltrado hay buscando acomodo de los partidos de oposición, directo al partido en el poder o al gobierno estatal o federal; es como decir que en los católicos existen feligreses que cobran en la nómina de los testigos de Jehová. Para Ripley “increíble pero cierto”. Son cobardes  ¿o no?.

No hay quien lo niegue: personas corruptas han saqueado a nuestro estado, lo tienen endeudado, diezmado, empobrecido y entristecido. Lo que ha sucedido en este Michoacán “tierra de valerosos hombres, donde algunos para vivir tienen que prestar su nombre”;  es increíble e inaudito, pero ¿por qué se ha permitido?, ¿qué nos ha llevado hasta aquí? Muchas son las causas de la corrupción en el estado: un sistema de justicia que no funciona y que opera sólo a favor de los adinerados y a los que están en las estructuras de poder, una ambición desmedida por el dinero y lo material, un sesgo histórico en el que aquellos en posiciones privilegiadas sólo ven por los suyos, hacen negocios como funcionarios sin ética ni principios, el nepotismo que se da y las cuotas que arrojan a los nefastos que por instinto de sobrevivir, han traicionado a sus ideales (partidos políticos) que tantos millones acumularon en su nombre). Apostados en la fila para el proceso de purificación con el partido gobernante y poder ponerse la casaca guinda.

No pocos judas cobardes también lograron enquistarse a través de cobardes mercenarios que colectan ya sea en el PRI, PRD o PAN padrotes con poder político que influyeron con sus cuates de enfrente para enquistarlos al sistema partidista que monopoliza las funciones, un espacio en les negociaron en la burocracia ineficiente y amenazante de los gobiernos operantes, no importándoles que los tratan como perros de rancho, “cuando hacen fiesta los amarran y cuando de ladrar se trata, los sueltan”, etc. Sin embargo, hay una causa muy poderosa y muy poco estudiada o mencionada, que es la COBARDÍA.

Cobardes son los partidos parásitos como el Verde, el PT y el MC que viven de los grandes, son mercenarios que se venden al mejor postor, eso lo saben en todo el país y dan pena ajena, son unos miserables y es que no tienen ningún futuro pues nacieron cobardes, traicionando hasta su progenitor, sobreviven solo para mantener el registro para conservar el negocio en el que se han convertido, gracias al presupuesto que se les asigna, que se chingue el pueblo.

Así es, detrás de la corrupción está  lo temeroso que somos para denunciar, señalar y exhibir actos faltos de ética y moral de bribones. Ningún acto de corrupción como desvío de fondos, presupuestos inflados, colusión de empresas con el gobierno, ocultamiento de información y falta de transparencia, compra de votos, coerción, infiltrados, es completamente un secreto a voces, pero tampoco es señalado, Cuantos funcionarios del gabinete legal y ampliado además de otros puestos hay y que dicen los muy cobardes a sus conocidos y amigos; yo  traigo la camiseta de mi partido bien puesta; ¿ustedes les creen?, yo tampoco. Hay que exhibirlos, si no, lo lamentaremos cuando nos den por la espalda.

Casi siempre, alrededor de cada acto de corrupción hay testigos, pero éstos se están quedando callados. Todos hemos sido testigos de casos de corrupción pero somos cobardes para señalarlos o denunciarlos. Seguramente son muchos que  saben de algún familiar con alguna empresa que le vende al gobierno a precios inflados para dar “comisiones” por fuera, pero no le dicen nada ni a él ni lo denuncian. Tal vez saben de algún empresario que burla impuestos con estrategias fiscales pero no dicen nada, o conocen a algún funcionario que emplea a familiares en puestos en la administración, sin que éstos tengan las capacidades pues son cuates de ellos o de otros traidores como ellos que simplemente cobran sin trabajar.

No nieguen que conocen a quien compra productos de dudosa calidad, quien se cuelga con diablitos o diablotes, a quien le dio una mordida al de  ventanilla y a quien firma; pero en todos estos casos tampoco han dicho nada. Cobardes fueron aquellos que supieron de la estrategia de contratación de empresas fantasma en los gobiernos del partido en el poder  y no lo denuncian. Cobardes fueron las miles de personas que supieron que muchísimos, en el estado, construyeron  obras con apoyos de los programas del campo en sus ranchos y no los denunciaron. Cobardes fueron los que vieron lo que hacían funcionarios de los tres niveles de gobierno y legisladores que utilizando el presupuesto a discreción se beneficiaron en sus industrias, sus gasolineras, sus empresas y otros negocios de su propiedad  y no los diferenciaron en su momento por los medios apropiados.

Cobardes son quienes atestiguan a ministerios públicos y jueces permitiendo tales acciones aberrantes sin denunciarlos. Sí, somos cobardes por no denunciar o señalar a aquellos que explotan trabajadores, a quienes talan el bosque y establecen huertas de aguacate  destrozando el medio ambiente para aumentar su rentabilidad, a quienes integran ingredientes malos en sus productos y le ocultan la verdad al labrador, obrero o trabajador. En muchas ocasiones nos hemos enterado de un acto de corrupción inicial que después termina en un acto de corrupción de proporciones gigantescas, pero existe cobardía para señalarlo, dejando que éste siguiera creciendo y, lo que es peor, ahora nos afecta al campo a los ejidos y comunidades, a la ciudad y la propia población en general.

Detrás de la cobardía hay impureza, no sentirse libre de culpa y creer que eventualmente sería uno el señalado o denunciado. No neguemos que detrás de la cobardía existe también el miedo a ser perseguido injustamente, así como el miedo a ser aislado de grupos políticos, de amigos y hasta de familiares. Pero la situación que el país vive hoy requiere de valientes. Siempre habrá los valientes, los que vencerán el miedo para señalar estos actos iniciales o gigantescos de corrupción, pero hasta el momento se ha demostrado que son pocos para que se genere un gran cambio. Los cobardes son los más, tristemente muchísimos conocemos a quienes desertaron del partido que tanto les favoreció porque fueron entre muchos cargos explotando esas siglas; regidores, síndicos, legisladores y lo que no lograron muchos, amasar fortunas, que formar otro instituto político de su propiedad, no es nada… dinero, les sobra,  y mientras esto siga así, el país no podrá cambiar.

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