De Primera Mano… La pachanga del siglo en Palacio Clavijero
En lo privado, esa clase política que se dice distinta a los neoliberales demuestra una vez más que es y aspira a ser igual o más “fifí” que los “fifís”
Morelia, Michoacán, 10 de octubre de 2023.- En los últimos días ha sido un tema muy comentado la pachanga y el gran jolgorio que se vivió el pasado fin de semana en el histórico Palacio Clavijero de Morelia.
Cuando revisé de que se trataba, resulta que el empresario y ex político Eloy Vargas Arreola, muy cuestionado en su tiempo como titular de la Sedeco, obtuvo prestado o rentó el ahora denominado Centro Cultural Clavijero para la fiesta de la boda de su hijo Mauricio.
Según indicaron en redes sociales algunos personajes involucrados con el mundo de la cultura y las artes, desde que comenzó el gobierno estatal de Alfredo Ramírez Bedolla, el mencionado recinto ha sido utilizado más para la realización de fiestas privadas que para eventos de carácter artístico y cultural de carácter público.
Se supone que un centro cultural precisamente tiene como objetivo principal el promover la cultura y no convertirse en un salón de fiestas.
Yo no sé hasta el momento si Alfredo Ramírez le prestó gratuitamente el histórico inmueble al que considera su padrino político, o si se lo rentó, pero los quejosos hablan de que ya son muchos los festejos privados que protagonizan personajes de la 4T en el Palacio Clavijero.
El evento del fin de semana reunió, según se aprecia en gráficas, no sólo a la familia de Eloy Vargas y de su nuera, sino a la crema y nata de la clase política y empresarial de Michoacán.
Entre los asistentes estuvieron el mismo Ramírez Bedolla, el ex gobernador Lázaro Cárdenas Batel, el empresario Alfredo Anaya Orozco (hijo de Alfredo Anaya Gudiño), el dirigente estatal del PVEM, Ernesto Núñez Aguilar, el fiscal general del Estado, Adrián López Solís, y el titular del Tribunal de Justicia Administrativa de Michoacán, Hugo Gama Coria, entre muchos otros.
Espero que por lo menos Vargas Arreola haya pagado una cuantiosa renta a cuenta del erario público, pues si no lo hizo, estaríamos ante un ominoso acto de corrupción en el Gobierno de Michoacán.
Pero más allá de eso, lo más destacable de este hecho que ha sido muy criticado en redes sociales por la comunidad artística, es el cinismo y la hipocresía que los altos mandos de la 4T demuestran una vez más.
En su primer año de gobierno, para el Grito de Independencia, Alfredo Ramírez llevó a un trovador,como queriendo demostrar que su administración es “rojilla”.
Ante las críticas recibidas, éste año el gobierno estatal contrató a un cantante de banda.
Pero en lo privado, esa clase política que se dice distinta a los neoliberales demuestra una vez más que es y aspira a ser igual o más “fifí” que los “fifís”.
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