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No están calculando correctamente la guerra ruso-ucraniana

La guerra en el oriente de Europa sigue escalando, cada día se parece más a un conflicto entre la OTAN y Rusia, lo cual nos está acercando a un desenlace trágico para, por lo menos, la esfera occidental

Morelia, Michoacán, 15 de octubre de 2022.- La guerra en el oriente de Europa sigue escalando, cada día se parece más a un conflicto entre la OTAN y Rusia, lo cual nos está acercando a un desenlace trágico para, por lo menos, la esfera occidental. En este punto podemos reflexionar algunas cosas.

1.- No se está midiendo correctamente la guerra. Los gobiernos involucrados en el conflicto ruso-ucraniano siguen calculando la escalada de esta guerra en términos del siglo XX y están exponiendo a todo el globo a una destrucción nunca antes vista.

Ya no estamos en la Guerra Fría donde existían sólo dos grandes jugadores en el tablero. China, India y otros países tienen una importancia que no tenían hace 60 años y pueden desequilibrar la frágil estabilidad actual. De hecho, estos nuevos jugadores permitieron que Putin rompiera el cerco que le intentó tender la administración de Biden.

Tampoco es probable que funcione otra vez la táctica de la anglósfera de desangrar a Rusia, como sucedió en los ochentas, vía Ucrania. La tecnología ha avanzado de tal manera que la destrucción de países no hace necesaria la utilización de grandes recursos como hemos comprobado en el reciente bombardeo ruso a decenas de instalaciones claves ucranianas sin mover un solo avión de su suelo y sin que hubiera contención ni respuesta.

Esta guerra comenzada por Rusia, pero instigada por Estados Unidos, puede terminar terriblemente mal gracias a los errados cálculos de sus líderes.

2.- Europa, la colonia. Los actuales gobernantes europeos sienten una mayor responsabilidad con los demócratas estadounidenses y con los grandes capitales occidentales que con sus propios ciudadanos. Se muestran timoratos a la hora de defender los intereses de sus respectivas naciones, mientras los estadounidenses evitan que alemanes y franceses salgan de su órbita.

 De hecho, no es la primera vez que los Estados Unidos bloquean el escape de Alemania y Francia. Precisamente las inversiones de los europeos fueron las grandes perdedoras de la invasión estadounidense a Iraq en el 2003 y ahora, casi veinte años después, esta guerra ha cortado de forma intempestiva el creciente comercio europeo con el gas ruso. Incluso Argelia ha sido amenazada ahora justo cuando había llegado a un acuerdo con Francia para la compra de sus energéticos.

El problema energético, por desgracia, puede no ser el mayor problema para los europeos. Una eventual guerra generalizada, incluida una guerra nuclear, se desarrollaría en Europa. Sin importar el desenlace de ese conflicto los ganadores, por salir intactos, serían los estadounidenses mientras que europeos y rusos estarían destruidos de nueva cuenta.

3.- Los globalistas apuestan demasiado. Los globalistas han decidido mantenerse firmes en su reto a Rusia. Parece que han heredado el recelo extremo contra la URSS del siglo pasado y buscan su debilitamiento o sometimiento por medios militares.

Da la impresión de que a los globalistas no les preocupan las múltiples consecuencias que este conflicto puede atraerle a ellos mismos. Su posición política se ha debilitado en toda Europa a consecuencia de los enormes costos económicos que tienen y que tendrán que pagar los europeos. Italia ha sido el primer país que ha dado muestras de un rechazo frontal a sus posturas, más allá de que su nueva líder cumpla o no sus compromisos de campañas.

Los globalistas están arriesgando mucho y pueden salir muy debilitados.

Lo que Ucrania nos mostró (Por: Guillermo López Contreras)

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