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Universo Marvel: Del éxito al correctismo político

Una parte de la producción de Marvel resiste al cambio ideológico y es la que mejores frutos económicos ha dado. Mientras que la otra ha sido ideologizada y es precisamente la que está mostrando signos de estancamiento.

Morelia, Michoacán, 08 de agosto de 2022.- Como ya lo hemos comentado en otras partes, el arte es una forma de conceptualizar la realidad. Particularmente, la cinematografía, como la literatura, tiene la oportunidad de exponer el carácter y la psicología tanto de personajes individuales como de sociedades. Por eso, es importante mantenernos atentos a las nuevas producciones en este campo.

El Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) ha sido la franquicia más redituable del presente siglo y posiblemente de la historia. Gran parte del éxito de los primeros diez años del UCM se debió, sin duda, a una especie de “Fórmula Marvel” que conectó inmediatamente con una gran parte de la sociedad. Esta fórmula estuvo compuesta por: realismo, acción, humor y un libreto simple de buenos contra malos.

En otras palabras, Marvel nos presentó a personajes de buenas intenciones (que aún distinguían lo bueno y lo malo) que se esforzaban por resolver los obstáculos que diversos personajes malvados provocaban. Estas historias estaban envueltas por escenas de acción muy bien elaboradas, con equilibradas dosis de humor y manteniendo una creíble conexión entre su ficción y nuestro contexto social y tecnológico.

Los excelentes resultados de esta primera época impulsaron a Marvel y a Disney (dueña ahora de Marvel) a continuar y expandir el UCM. Ahora bien, mantener la “Fórmula Marvel” sin modificaciones suponía el riesgo de aburrir a su audiencia o de no atraer a las nuevas generaciones quienes, al final, son las que pueden comprometerse con el producto. Sin embargo, modificarla radicalmente puede significar la extinción de tan redituable negocio.

La pandemia del 2020 provocó que Marvel cosechara el fracaso de taquilla de la Viuda Negra (Cate Shortland, 2021) y que la esperada serie Loki (Michael Waldron, 2021) cumpliera a medias con la expectativa generada. Pero una vez reanudados los trabajos en el séptimo arte estadounidense los resultados de Marvel tampoco han sido pletóricos como en años anteriores. Más allá del éxito de la esperada Spider-Man: No way home (Jon Watts, 2021) y la aclamada serie de WandaVision (Jac Schaeffer, 2021), prácticamente todas las siguientes producciones han tenido un bajo rendimiento.

Es notable que esas nuevas realizaciones han abandonado progresivamente los clásicos elementos del UCM y los han sustituido por el correctismo político. Empezando, ya al final de esa primera etapa, con el feminismo exacerbado de Capitana Marvel (Anna Boden y Ryan Fleck, 2019) y continuando con la imposición de la ideología de género en prácticamente todas las producciones realizadas entre el 2021 y el 2022. Esto, obviamente, las han alejado del cine familiar y de los fans en particular como se puede apreciar en el poco satisfactorio rendimiento de Eternals (Chloe Zhao, 2021) y de la última entrega de Thor: Amor y Trueno (Taika Cohen, 2022) 

El humor también parece haber sido encapsulado o encarcelado para no lastimar ni herir ningún tipo de susceptibilidad. Queda poco en esta nueva etapa marvelita de la irreverencia individualista de Tony Stark (Robert Downey Jr), de las ironías del conservador Capitán América (Chris Evans) y de la crudeza de los Guardianes de la Galaxia (James Gunn, 2014 y 2017). El humor, si no ha desaparecido del todo, ahora es usado con un tono acusador y moralizante y no con la sutileza disruptiva propia de cualquier broma.

Un último elemento que parece cambiar es el realismo que intentaba explicar desde nuestros adelantos tecnológicos la ficción del UCM. Ahora se habla directamente de magia como en Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos (Daniel Cretton, 2021); brujería, en el final de WandaVision; e incluso ha tomado tintes macabros como en Doctor Strange en el multiverso (Sam Raimi, 2022). Este salto a la total fantasía, además de probablemente desconectar con parte de la audiencia y desincentivar la imaginación científica, concuerda con la promoción actual del neopaganismo que busca sustituir los valores cristianos de Occidente. 

En conclusión, el UCM no se ha podido librar de la lucha de nuestra época. Una parte de la producción de Marvel resiste al cambio ideológico y es la que mejores frutos económicos ha dado. Mientras que la otra ha sido ideologizada y es precisamente la que está mostrando signos de estancamiento. Habrá que esperar a ver si los directivos de Disney siguen apretando al mundo de los superhéroes hasta matar una de las franquicias más redituables de la historia.

Lo que Ucrania nos mostró (Por: Guillermo López Contreras)

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