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De Primera Mano / Consultas ciudadanas a modo

Nuestro director, Nicolás Casimiro; periodista con 14 años de trayectoria y con experiencia en radio y diversos medios impresos, electrónicos y agencias informativas
Nuestro director, Nicolás Casimiro; periodista con 14 años de trayectoria y con experiencia en radio y diversos medios impresos, electrónicos y agencias informativas

¿Por qué los amantes de la participación ciudadana no consultan si queremos que se les pague a los maestros sindicalizados que no dan clases, o si queremos que sigan existiendo las escuelas normales y las casas del estudiante o si estamos de acuerdo con los jugosos sueldos de senadores y de diputados?

Morelia, Mich., 15 de octubre de 2013.- La participación ciudadana es uno de los temas que más de moda se han puesto en los últimos años en el país y una de las herramientas más mencionada, tal vez de la que más hemos escuchado hablar es de la “consulta ciudadana”.

Ciertos actores políticos acuden al término una y otra vez, pues quieren consultas ciudadanas o populares a modos para todo aquél asunto que desean promover o descalificar.

Ya hemos visto que con evidentes tintes políticos convocan a consultas ciudadanas sobre la reforma energética, sobre la reforma laboral y la reforma educativa, más recientemente aquí en Morelia sobre los parquímetros. Hasta de la reforma hacendaria querían hacer consulta, pero legalmente para aspectos fiscales no aplica.

Las consultas se han hecho por parte de partidos políticos y sus organizaciones afines, pero sin reunir los requisitos necesarios como para que alcancen algún valor legal, pues para empezar lo que debería hacerse es promoverlas a través de los órganos electorales formales.

Los propios partidos, los políticos y sus organizaciones y grupos afines lo saben, pero con esos ejercicios lo que buscan en realidad es generar un impacto mediático, un impacto en el ánimo de la población y sobre todo en el ambiente político para conseguir sus fines.

Yo me pregunto, si ya cualquiera en cualquier momento y como sea puede convocar a una consulta popular sobre el tema que se le ocurra y que le convenga, porque esos amantes de la participación ciudadana no han tocado temas que de verdad son de interés para la gran mayoría de la población.

Por ejemplo, ¿por qué no hay consultas para conocer si los ciudadanos queremos que se regulen o no las marchas? ¿Por qué los promotores de estos ejercicios no consultan si queremos que se les pague a los maestros sindicalizados que no dan clases, o si queremos que sigan existiendo las escuelas normales y las casas del estudiante o si estamos de acuerdo con los jugosos sueldos de senadores y de diputados?

Tal vez al ser omisos en esos temas los amantes de la participación ciudadana están reconociendo, aunque sin darse cuenta, que saben las respuestas, o tal vez en realidad son temas de los que no les interesa o no les conviene saber, promover y divulgar.

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