Editoriales

La violencia que no para / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

Una andanada de violencia cruza casi todo el país, no hay tregua, estudiantes desaparecidos, ejecuciones y más rastros que parecen parte de un apocalipsis cotidiano sin final. Es evidente que nuestro país aún mantiene la fisonomía autoritaria que se traduce en la represión selectiva que bien podría generalizarse.

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Morelia, Michoacán, 05 de octubre de 2014.- Una andanada de violencia cruza casi todo el país, no hay tregua, estudiantes desaparecidos, ejecuciones y más rastros que parecen parte de un apocalipsis cotidiano sin final. Es evidente que nuestro país aún mantiene la fisonomía autoritaria que se traduce en la represión selectiva que bien podría generalizarse.

Son diversos los momentos en que por una causa u otra el espectro de la violencia se materializa, el siglo XX registró la revolución de 1910 por la demanda de la democracia, Porfirio Díaz dimitió al poder, el defenestrado dictador había llegado a la cúpula con esa misma bandera: no reelección.

Posteriormente se padeció una guerra civil estúpida conocida como La Cristiada en la que un presidente jacobino polarizó la relación con la Iglesia Católica que encendió la lumbre del fanatismo, un bando como otro llegarían a los extremos, dicho capítulo no tuvo nada de seráfico porque la intolerancia ganó.

En el México posrevolucionario fueron muchos los momentos en que la crispación y el autoritarismo cobraron víctimas. Actualmente muchos signos reflejan el hastío de un alto número de la sociedad, en Michoacán se dejó hacer y pasar al monstruo del crimen organizado, las consecuencias las padecemos. Al no existir voluntad política es utópico resolver un problema que se ha significado como infeccioso, los grupos de autodefensas fueron en su momento una respuesta desesperada para salvaguardar vidas humanas, propiedades y derechos.

Tal fue el motivo para que el gobierno federal recordara que Michoacán existe en el mapa, que tiene una diversidad cultural así como un extenso bagaje histórico, decretó una comisión especial que ha sido controvertida, no obstante las buenas intenciones la inseguridad sigue latente, eso no se puede minimizar.

En Guerrero recién reprimieron a estudiantes normalistas de manera sanguinaria, otros más están desaparecidos, ignoramos el por qué tanta crueldad, probablemente sea la punta de lanza para desaparecer esas escuelas, nada justifica el proceder de la policía de nuestro vecino estado.

Lo cierto es que no podemos perder nuestra capacidad de asombro, ni la conciencia de clase ni la clase de conciencia porque de lo contrario nos llegará la noche a todos.

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