Los suspirantes… Ni a cuál irle
Uno plantea perdonar a la delincuencia organizada que ha causado tantos estragos en el país, y el otro ofrece “continuidad” en los planes y proyectos del saliente gobierno. De plano, ni a cuál irle entre los dos virtuales candidatos presidenciales que ya están definidos en el Morena y en el PRI.
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Morelia, Michoacán, 04 de diciembre de 2017.- Uno plantea perdonar a la delincuencia organizada que ha causado tantos estragos en el país, y el otro ofrece “continuidad” en los planes y proyectos del saliente gobierno. De plano, ni a cuál irle entre los dos virtuales candidatos presidenciales que ya están definidos en el Morena y en el PRI.
El sábado pasado, el dueño nacional del Morena, Andrés Manuel López Obrador, anunció en un acto público en Guerrero que analiza la posibilidad de que al llegar a la Presidencia de México otorgará una amnistía para los líderes del narcotráfico, con la intención de pacificar al país.
Sólo un día después, durante su registro como precandidato del PRI, José Antonio Meade Kuribreña, elogió al muy desprestigiado presidente de la República, Enrique Peña Nieto, y prometió continuidad, con el argumento de que “no se debe demoler todo lo construido cada seis años”.
Por su parte, López Obrador es un experto en generar polémicas y titulares en los medios de comunicación, parece que le interesa más aparecer en primera plana a como dé lugar, que el presentar propuestas inteligentes y fundamentadas.
Ahora bien, sus acciones parecen describirlo como alguien dispuesto a perdonarlo todo a cualquiera que se acerque con él, y como ejemplo ahí está buena parte de su séquito.
Entre ellos se cuenta al supuesto responsable de la caída del sistema en las elecciones presidenciales de 1988, Manuel Bartlett Díaz, y al ex gobernador de Michoacán y principal responsable de la crisis financiera que hoy padece el estado, Leonel Godoy Rangel.
Lo anterior, sin contar con una serie de empresarios y políticos con fama de “tranzas” que hoy rodean y financian al eterno aspirante presidencial. ¿Será que está buscando más financiamiento?
En tanto, José Antonio Meade, que tenía fama de ser un serio e institucional servidor público está dejando atrás esa imagen en aras de defender a un gobierno federal acusado de una serie de desaciertos, tanto en materia económica, como en seguridad, corrupción e impunidad.
Hay que recordar que él formó parte del gobierno panista del entonces presidente, Felipe Calderón Hinojosa, que fue entonces muy criticado por los priístas, y pese a ello emigró sin problemas al gobierno priísta de Peña Nieto.
Es decir, ha formado parte del gobierno en dos de los sexenios más polémicos del país y hasta la fecha parece haber sido “tapadera” de muchas situaciones anómalas, junto con sus ex compañeros del ITAM, esos tecnócratas que han venido manipulando al país en las últimas décadas.
Como decía, ni a cuál irle, y eso que todavía no tenemos a los otros aspirantes presidenciales, entre los cuales los nombres de Ricardo Anaya Cortés, Jaime Rodríguez Calderón (El Bronco) y Margarita Zavala Gómez del Campo, suenan con más fuerza, el primero por el Frente Ciudadano por México y los otros dos por la vía independiente.
A ver con qué nos salen ellos.
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