Editoriales

Medicina y milagros (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)

Resulta que en medicina se conocen casos, perfectamente documentados, de personas con padecimientos terminales y que se han curado sin intervención médica

Morelia, Michoacán, 22 de diciembre de 2020.- El hombre, desde la época de las cavernas,  ha sentido la necesidad de creer en “algo” y sentirse protegido por alguien más sabio, más poderoso y más fuerte que él. El terreno de la medicina es definitivamente un terreno propicio para el abuso a los crédulos e incautos, que, urgidos de creer en una curación imposible por lo avanzado de una enfermedad terminal, propia o de un familiar directo, buscan milagros en medicinas alternas y/o santuarios, virgenes de determinados lugares o santos de moda.

A este respecto es interesante recordar un estudio, realizado por el científico Carl Sagan, ampliamente reconocido por sus estudios sobre astronomía, la evolución de la inteligencia humana, pero sobre todo por su tenaz lucha en contra de la ignorancia y la superstición. El estudio a que me refiero se encuentra en el capítulo «Obsesionado con la realidad», incluido en su libro “El mundo y sus demonios” (1995). Dicho artículo trata sobre los milagros atribuidos a la Virgen de Lourdes durante siglo y medio de existencia del santuario, manejándose exclusivamente los milagros reconocidos y aceptados por la Iglesia Católica.

Resulta que desde la «aparición» de 1858, más de 100 millones de personas han visitado Lourdes con la esperanza de ser curados de una enfermedad que la medicina, digamos «normal» no ha logrado curar o mejorar. La Iglesia Católica se ha mostrado rigurosa y ha rechazado la autenticidad de una enorme cantidad de casos, sólo ha aceptado 70.

Dentro de estos 70 casos encontramos toda una variedad de tumores, procesos infecciosos crónicos de tipo tuberculosis, oftalmopatías, bronquitis, parálisis, etcétera. Pero ninguno es, digamos, regeneración de un miembro amputado o de una médula espinal seccionada. En las curaciones encontramos una proporción de diez mujeres por cada hombre. Conociendo las cifras anteriores encontramos que la probabilidad de curación después de visitar Lourdes es entonces, de menos de una en un millón, y se tienen tantas probabilidades de curarse después de visitar Lourdes, como se tienen de ganar el premio mayor de la lotería, o de morir en un accidente aéreo, por ejemplo.

Resulta que en medicina se conocen casos, perfectamente documentados, de personas con padecimientos terminales y que se han curado sin intervención médica, si bien son muy escasos, dentro de estas personas encontramos creyentes de diversas religiones o ateos declarados, aliviados de su enfermedad con o sin visita a un santuario, rezos, promesas o “mandas”. Definitivamente no es el caso del llamado «efecto placebo», se  atribuye simplemente a una «curación espontánea», en apariencia no hay razón alguna para que la curación se dé, y sin embargo se da. Definitivamente aún falta mucho por aprender, sobre todo en inmunología.

Lo interesante del estudio es que, sabiendo que la curación espontánea de todos los tipos de cáncer juntos se estima en algo que va, según diversas estadísticas,  entre uno en diez mil a uno en cien mil, y si sólo cinco por ciento de aquellos que van a Lourdes fueran por cáncer, tendría que haber habido entre 50 ó 500 curas «milagrosas» únicamente por cáncer. Dado que sólo tres de las 70 curas comprobadas eran casos de cáncer, el índice de curación espontánea de un cáncer en Lourdes parece ser inferior que el de cualquier otro lugar. En otras palabras, un enfermo tendría más probabilidad de curarse espontáneamente (o «milagrosamente» si prefiere) quedándose en casa sin hacer nada en vez de ir a Lourdes. Evidentemente, si se habla con uno de los 70 curados, va a ser muy difícil convencerlo de que no fue su viaje a Lourdes lo que curó su cáncer. Esta es una ilustración clásica de la falacia post hoc ergo propter hoc (después del hecho, por lo tanto, debido al hecho), muy popular en las pseudociencias.

El santuario de Lourdes funciona bien desde el punto de vista económico, tanto que al propio Papa Francisco le ha llamado la atención el manejo del mismo,  por su muy evidente predominio de lo económico sobre lo espiritual. Los peregrinos son convertidos en clientes, material de caja registradora. Así que en 2019 el Papa decidió intervenir Lourdes para recuperar su dimensión espiritual y abandonar su deriva empresarial, para esto cambió casi toda la estructura del mismo.

Para fines meramente estadísticos y económicos Lourdes es la joya de la corona de los milagros; medallas, recuerdos  y paseos habían convertido al lugar  en una suerte de parque temático. Pero el Vaticano considera que ahora se debe “acentuar la primacía espiritual sobre la tentación de subrayar demasiado el aspecto empresarial y financiero, y quiere promover cada vez más la devoción popular que es tradicional en los santuarios».

Aceptemos nuestra características como humanos, y nos daremos cuenta que el Santuario de Lourdes y lugares similares siempre existirán, por la sencilla razón de que la necesidad de creer en poderes superiores  está ligada de manera total a la naturaleza del humano. Y quizá sea mejor así.

Alejandro Vázquez Cárdenas

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