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Smart city: ¿Confort o control?

So pretexto de la seguridad y reducir nuestra huella de carbono, este tipo de ciudades, o guetos, reducirán nuestra forma de consumir y nuestra libertad de movimiento al mínimo posible

Morelia, Michoacán, 27 de marzo de 2023.- Ciudades circulares, de 15 minutos, Smart cities o inteligentes, el nombre es lo de menos. Se trata de proyectos urbanos que buscan cambiar por completo la manera en la que vivimos y nos relacionamos las personas; proyectos de ciudades pequeñas, sustentables, inclusivas, resilientes y amigables con el medio ambiente.

Suena excelente, ¿verdad?

Sin embargo, aunque los proyectos nos los presenten como lugares de avanzada, futuristas, súper ecológicos, en donde hay cero desperdicios y se generen cero emisiones nocivas, las ciudades circulares o de 15 minutos tienen sus serios problemas y peligros.

Smartcity

Estas ideas van bastante avanzadas. Hay ciudades inteligentes en Estocolmo, Berlín, Zurich, Munich, Milán o Copenhague, pero también de este lado del océano hay proyectos interesantes en Tequila, Puebla, Cancún o Río de Janeiro y Medellín, entre otras. 

Estas ciudades están perfectamente bien planeadas desde un principio, así que no hay posibilidad de un crecimiento desordenado y mucho menos descontrolado. De hecho, están diseñadas para no crecer; de esta forma pueden funcionar perfectamente y los recursos bien aplicados y aprovechados, ahorrando significativamente espacio, energía, agua, internet, comida, etcétera. 

Su construcción se basa en grandes edificios, que pueden albergar a numerosas familias, pero son edificios inteligentes, hermosos y que se mimetizan con la naturaleza al tener numerosos espacios verdes en azoteas, balcones y jardines internos, lo que los hace muy atractivos. No se usan los enormes ventanales que elevan la temperatura ambiental al reflejar los rayos del sol a distintas áreas. Todo está meticulosamente pensado.

Ciudades Circulares y de 15 minutos
Ciudades Circulares y de 15 minutos

Estas construcciones incluyen paneles solares que permiten dotar de la energía suficiente a todo el inmueble, lo mismo que el servicio de internet. También, todos los materiales de construcción deben ser sustentables.

Los espacios públicos o comunitarios son amplios y seguros, en donde las familias pueden disfrutar y pasar tiempo agradable. Además, estas ciudades cuentan con transporte público muy eficiente y por supuesto, ecológico y sólo se podrá usar la bicicleta como medio alternativo. 

Son ciudades que se pueden recorrer a pie en 15 minutos y están diseñadas para tener todo lo necesario muy a la mano: escuelas, bancos, mercados, cines, restaurantes, parques, sin tener que salir de ellas…

De hecho, ¡será muy difícil poder salir de ellas!

Y aquí viene la parte no agradable de este tema. Con el pretexto de la seguridad y de reducir nuestra huella de carbono, este tipo de ciudades, o guetos, serán ideales, pues reducirán nuestra forma de consumir y nuestra libertad de movimiento al mínimo posible.

Y esto va de la mano con la llamada “economía circular», que ya explicaremos en otra oportunidad, pero que limita todo nuestro consumo y se basa en el reciclaje. Tanto, que se sugiere que todo lo que necesitemos sea sólo rentado y se pueda reutilizar lo más posible y de manera comunitaria para ahorrar recursos al máximo. 

Se pueden leer algunos de estos proyectos en internet, que además son financiados principalmente por el gigante inversor mundial BlackRock, que tener automóvil será innecesario, es más, está prohibido el ingreso de vehículos personales a las ciudades inteligentes. 

Transporte público sustentable
Transporte público sustentable

Tampoco hay casas o construcciones individuales como las conocemos hoy y que uno puede libremente hacer crecer conforme se necesite. En estas smart cities, nadie puede construir ni cambiar nada porque esto echaría a perder la sustentabilidad de toda la ciudad. 

Además están absolutamente vigiladas, no sólo por cámaras de video en toda la vía pública, sino dentro de los mismos edificios. Electrodomésticos, televisores y demás dispositivos que se tengan en el hogar estarán interconectados y es aquí importante el uso que se hará de las “big data”, las cuales están concentradas todas, en un ente encargado de vigilar que todo esté en orden y que se cumplan con los estrictos reglamentos de convivencia. 

¿Suena distópico? Lo es, lo es. Sólo hay que ver lo que sucede hoy mismo en el tema financiero global, el cual colapsa y como respuesta a esta crisis, la misma Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, en octubre pasado dijo que la solución está en la emisión de criptomonedas (CBDC) a través de los bancos centrales y aceptó que esto se trata de “una medida de control social”. 

Entonces todo se une. Control social y toda nuestra actividad financiera vigilada a través de las CBDCs, códigos QR, Big Data, más la obligatoriedad en todo el mundo, de entregar nuestros datos biométricos. 

Con todo esto, hasta comprar un chocolate, el sistema sabrá perfectamente en dónde se adquirió, cuándo y el costo del mismo. 

Así, parece que esa huella de carbono que tanto dicen que dejamos cada individuo y que hay que eliminarla, es en realidad la huella que vamos dejando los individuos a cada paso que damos y esa información es concentrada y usada para tener absoluto control de nosotros. 

Y para hacer más sencilla la tarea, qué mejor que meternos en una ciudad circular o de 15 minutos. 

Marchas y marchas y ciudadanos, carne de cañón (Por: Alejandra Ortega)

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